por Angélica Houston

Si me hubieran dicho en febrero cuando acepté un puesto de tiempo completo en Kara que en junio estaría trabajando desde casa y ayudando a escribir un blog, no estoy segura  de que te hubiera  creído. La idea de trabajar desde casa haciendo un trabajo que todavía estaba en el proceso de aprender me habría asustado. Hubiera inventado una lista de excusas para justificar mis temores y me habría perdido esta oportunidad que se ha convertido en algo gratificante para mi corazón.

Cuando hago una pausa y reflexiono, me doy cuenta de que son mis experiencias de vida con la muerte de mis seres queridos  las que me han traído  a Kara, fue una fuerte motivación, esa sensación de que “estaba destinado a ser”. Sé que no soy la primera en venir a Kara de esta manera, y sé que no seré la última.

Los últimos 4 meses han estado llenos de incertidumbre, a algunos les gusta llamar a esto “sorpresas” y si eres como yo, entonces no te gustan las sorpresas. La realidad es que la vida está llena de sorpresas y lo único cierto acerca de la vida,  es la muerte. Sin embargo,hay mucha vida por vivir antes de morir. . Esto no quiere decir que tenemos que ignorar nuestros miedos del futuro o negar el dolor de perder a los que amamos. Significa que nos permitimos reconocer nuestras emociones, y en esos momentos de incomodidad recordamos seres queridos que están con nosotros. Estamos lidiando colectivamente con una pandemia, un aumento de la conciencia sobre las injusticias sociales en nuestro país,  la historia del trauma, y ​​para muchos el dolor asociado con la muerte de una persona que amamos. Encontrar la paz durante estos tiempos inciertos puede parecer difícil, y no estás solo.

Sin embargo, la paz se puede encontrar de diferentes maneras, todos somos individuos únicos, únicos al igual que nuestras pérdidas, al igual que nuestro dolor. Yo encuentro paz leyendo, bailando en mi sala, enviando a mis amigas notas escritas a mano, saliendo afuera y disfrutando de la naturaleza, practicando la atención plena y centrándome en el ahora. Y aunque la paz puede parecer difícil de encontrar con toda la angustia, está ahí. A veces lo damos, otras veces lo recibimos.

Mi poco tiempo en Kara me ha animado a ser más intencional sobre la paz, y cuando no puedo encontrarla trato de crearla y luego compartirla. Hay momentos en que siento que los pequeños agujeros en mi corazón se están uniendo lentamente, y esta es la belleza de la comunidad …es un lugar donde podemos encontrar la paz.