Estos meses han sido una experiencia inolvidable que me deja anonadada y sin palabras. Han habido muchas cosas que he aprendido durante estos últimos 6 meses incluyendo que soy una persona que sin saberlo necesita una rutina, he aprendido que la tecnología no debe de asustarme y que se puede convertir en mi asistente fiel. Pero más que nada me han enseñado (los voluntarios) que la conexión y el deseo de ayudar transciende barreras. Por qué lo que una mano sola no puede hacer, 20 manos unidas la pueden hacer con más fuerza y amor. Y así ha sido.
Este mes le damos la bienvenida a un nuevo grupo de voluntarios que se une a nuestro grupo establecido. Este nuevo grupo será inolvidable, fue un reto nuevo donde pusieron a la prueba muchas perspectivas y reglas.
Combatieron la incertidumbre de lo que será capacitarse en línea y pusieron a prueba el poder de la conexión- tanto literal como emocionalmente.
Pero ha sido un honor compartir esta nueva experiencia con ellas y un orgullo invitarlos a nuestro grupo de voluntarios. Haciendo un total de más de 20 voluntarios en el programa de español que se dedica a compasivamente acompañar a otros en dolor.
Pero saben, los voluntarios, hacen mucho más que eso. Ellos no solo escuchan atentamente y nos acompañan. Si no ellos también nos dan esperanza, nos enseñan que es normal llorar y sentir enojo, le dan un hogar en sus corazones a los desamparados, nos dan una mano amiga cuando nos sentimos tan solos, nos inspiran y motivan. En lo personal, yo siempre he sabido lo mucho que me ayudan los voluntarios y lo mucho que me inspiran para hacer y crear. Pero la verdad, no ha sido hasta estos meses que me he dado cuenta de la magnitud del apoyo y motivación que me dan.
El verlos por esa pantalla unas veces al mes, escuchar su voz por teléfono y recibir sus mensajes me ha llenado de formas que son indescriptibles. Me han dado un nuevo sentir de apreciación tan inmenso que han cambiado mi definición de la gratitud.
These months have been an unforgettable experience that leaves me stunned and speechless. There have been many things that I have learned during the last six months including that I am a person who unknowingly needs a routine, I have learned that technology should not scare me and that it can become my faithful assistant. But more than anything the volunteers have taught me that connection and the desire to help transcend all barriers. What one hand alone cannot do, 20 interconnected hands can do with more strength and love. And so it has been.
This month we welcome a new group of volunteers to join our established group. This new group will be unforgettable; it was a new challenge where many perspectives and rules were put to the test.
They battled the uncertainty of what it would be like to train online and put the power of connection to the test – both literally and emotionally.
But it has been an honor to share this new experience with them and I am proud to invite them to our group of volunteers. Making a total of more than 20 volunteers in the Spanish program who are dedicated to compassionately accompany others in grief.
But you know, the volunteers, they do much more than that. They don’t just listen with empathy and accompany us. They also give us hope, they teach us that it is normal to cry and feel angry, they give the suffering a home in their hearts, they give us a helping hand when we feel so alone, they inspire and motivate us. Personally, I have always known how much the volunteers help me and how much they inspire me to do and create. Honestly though, it has not been until these past months that I have realized the magnitude of the support and motivation that they give me.
Seeing them on that screen a few times a month, hearing their voice on the phone, and receiving their messages has filled me in ways that are indescribable. They have given me such an immense new sense of appreciation that they have changed my definition of gratitude.